Los efectos de la crisis sanitaria y la recesión económica se observan ya; el nivel de consumo privado en México cayó a niveles no vistos desde la crisis financiera global en 2009.
Durante abril del 2020 el nivel de consumo dentro del país se desplomó 19.7% en relación con el registrado el mes previo.
De acuerdo con cifras desestacionalizadas del Inegi, el Indicador Mensual de Consumo Privado en el Mercado Interior se ubicó en un nivel de 91.0 puntos, significativamente por debajo de su umbral de 100 puntos. En marzo, el mes anterior, este nivel era de 113.3 puntos.
El consumo interno, que implica una de las variables más importantes en la generación económica nacional, es de los indicadores macroeconómicos más afectados por la emergencia sanitaria. El confinamiento, el desempleo, la modificación de las canastas en los hogares y la caída generalizada de los ingresos impactan de manera importante en el nivel de compras realizadas por los mexicanos.
Hogares priorizan servicios y productos nacionales
La caída menos pronunciada en la clasificación de consumo se presentó en la adquisición de servicios; en abril el consumo de servicios pasó de un umbral de 113.3 a 93.1 puntos, lo que reflejó una contracción de 17.8 por ciento.
Por su parte, el rubro de las mercancías mexicanas que cayó 20.1% de marzo a abril pasando de un nivel de 112.6 puntos a 90.0 puntos.
Las compras que se redujeron ligeramente más fuertes fueron las de productos importados. La reducción en este componente del consumo fue de 21.7% sólo en un mes; pasando del umbral de 109.7 a 86.3 puntos.
Estos resultados se alinean con las tendencias sobre confianza de los consumidores mexicanos. Aún con la suspensión de la ENCO (Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor) el Inegi ha levantado el proyecto vía telefónica, que ha permitido observar la tendencia negativa y sostenida de la confianza de los hogares en la económica nacional y en la economía propia.
Durante abril y mayo el Indicador de Confianza del Consumidor tocó su mínimos históricos; se espera que el lapso del segundo trimestre del año sean los que resientan de manera más fuerte los efectos de la pandemia.