Mónaco. – El calentamiento global devasta los océanos y las zonas heladas a gran velocidad, amenazando a poblaciones enteras, advirtió el miércoles un informe del IPCC que llama a la humanidad a reducir más rápidamente las emisiones de CO2.
Subida del nivel del mar, pequeñas islas amenazadas de sumersión, glaciares que desaparecen son solo alguno de los impactos devastadores del cambio climático que ya son “irreversibles”, subrayó el grupo de expertos sobre clima de la ONU.
Dos días después de la cumbre climática de Nueva York, en la que no se obtuvieron los resultados esperados por los defensores del medioambiente, se informó que aplicar las medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero podría suponer una gran diferencia.
Reduciendo las emisiones, los cambios nefastos en el océano no se detendrían repentinamente, pero se ralentizarían. De esta manera, “habría más posibilidades de conservar los ecosistemas y permitiría ganar tiempo”, subraya la climatóloga Valérie Masson-Delmotte.
Ganar tiempo para, por ejemplo, prepararse a la subida de las aguas que favorece las tormentas y las olas gigantes. ¿Cómo? Construyendo diques alrededor de las grandes megalópolis costeras como Nueva York o anticipando el desplazamiento inevitable de algunas poblaciones, sobre todo de los pequeños Estados insulares que podrían volverse inhabitables para finales de siglo.
“Centenares de miles de millones de dólares”
El ritmo de crecimiento del nivel de los océanos fue 2.5 veces más rápido a principios del siglo XXI que en el siglo XX y continuará aumentando.
No es un “problema técnico o medioambiental. No podemos poner una tirita encima para que desaparezca”, según otro autor del informe. Esto “redefinirá los litorales del mundo enero, ahí donde se concentran las poblaciones”.
En estas costas, construir protecciones podría reducir el riesgo de inundaciones de una entre 100 a una entre mil, pero costaría “entre decenas y centenares de miles de millones de dólares anuales”, según el informe.
En total, según el informe, más de mil millones de personas vivirán de aquí a mediados de siglo en zonas costeras poco elevadas, especialmente vulnerables a las inundaciones y a otros eventos meteorológicos extremos amplificados por la subida del nivel del mar y el desarreglo climático.
E incluso en un mundo con un calentamiento a +2 ºC, muchas megalópolis y pequeñas islas se verían golpeadas de aquí a 2050 por un evento extremo al menos una vez al año, en vez de una vez cada 100 años como hasta ahora.
Los océanos, que cubren más del 70% de la superficie terrestre, absorbieron alrededor de una cuarta parte de estas emisiones y 90% del calor suplementario generado por el CO2 producido por el hombre. Y con consecuencias palpables: alza de la temperatura del mar, acidificación, pérdida de oxígeno, entre otros.
“Promesas demasiado débiles”
Estos cambios provocan impactos en cadena en los ecosistemas de los que depende el hombre, como en los arrecifes coralinos vitales para muchas especies de peces, así como en las regiones montañosas, cuyas poblaciones dependen del agua de los glaciares.
Este informe adoptado por los 195 Estados miembros del IPCC es el cuarto opus científico de la ONU en un año para alertar de los impactos del cambio climático y plantear soluciones de remediarlo o al menos limitarlo.
Pero pese a las pruebas científicas incontestables y a la movilización de millones de jóvenes en las calles del mundo entero la semana pasada, los dirigentes mundiales no estuvieron a la altura de la urgencia climática, según los defensores del medioambiente.
“Con las promesas demasiado débiles de los Estados, tenemos más posibilidades de hacer saltar por los aires el banco del casino de Montecarlo que de limitar el calentamiento a + 1.5 ºC”, comentó Stephen Cornelius, de WWF.
El IPCC afirma además que los océanos también pueden ofrecer soluciones para ayudar a reducir las emisiones, sobre todo en cuanto al desarrollo de energías renovables.