TIJUANA: AQUÍ EMPIEZA LA PATRIA O UN URGENTE LLAMADO PARA LA PAZ
Por Benjamín M. Ramírez
Como la quieras ver la ciudad de Tijuana es una incógnita que se devela a sí misma. Es y no es, al mismo tiempo, como en el monismo de Parménides o un continuo devenir, como el no bañarte dos veces en el mismo río, de Heráclito.
Sí. Tijuana es una incógnita, un misterio, un albur, el azar y destino. Es vida y muerte. Es salud y farmacodependencia. La ciudad fronteriza es un río de cristalinas y nauseabundas aguas, es sequía e inundación. Es desierto y páramo, montaña y llano, es mar de heladas y contaminadas aguas, es límite y albedrío, libertad y cadena.
Tijuana, es abrazo y despedida, inicio y final de travesía, es aventura y solaz, pasatiempo y compromiso; promiscuidad y santidad, que se funden en el callejón Coahuila; distancia y cercanía, que se hacen patente en la valla de la delegación Playas de Tijuana donde sólo las huellas dactilares logran un contacto ínfimo, en la fatua y estulta distancia, apenas unos milímetros, entre los seres que se encuentran separados allende la frontera.
Tijuana es la oportunidad en la búsqueda incesante de la estabilidad laboral que se añora, es progreso y retroceso, ambición desmedida para el infeliz; estrés y paz, en una ciudad estrangulada por un sistema de vialidad que la sofoca, ante la falta de capacidad de quienes la gobiernan, en sus remedos que presentan como las soluciones más intrépidas e inequívocas ante un pueblo que finge demencia senil que sólo busca regresar al pesebre después de una jornada de trabajo extenuante de doce horas diarias.
Sí. Tijuana está entre las cinco ciudades más violentas del mundo. No es extraño el número de muertes que se registran a diario, o el alcanzado a la fecha. El tijuanense no viaja solo, el miedo es compañía, defensa y soplón. En esta ciudad se convive con todos. Cada quien en lo suyo. Los que hacen el bien o los que hacen el mal. Rara vez puedes estar en los dos bandos. Los que hacen el bien son mayoría, una mayoría que se tuerce en el miedo frente a la ráfaga o el disparo ocasional de la bala que cae desde no sé dónde.
Tijuana se transforma, cambia constantemente, es inestable y permanente, habilidosa, mañosa y parapléjica. Esta frontera es motor inmóvil, virtud, vicio, tempestad y calma, es fría y candente. Por las vialidades de la ciudad transita la esperanza y la vanguardia, audaz e imprudente, en una loca carrera por imitar a su vecina que la rechaza y discrimina.
Quien llega a Tijuana lo hace con el alma en la mano, sin horizonte, sin esperanzas. Tijuana es la amante celosa que te proporciona y te exige todo. Lo que te da es lo que entregas, tu salud, tu seguridad, tus miedos, tu vida.
Tijuana crece y con ellas sus demandas de pensión alimenticia, de agua, de energía, de sangre sin medida.
Felicidades a esta ciudad que he aprendido a amar, que me proporciona un trabajo y que realizo con entrega y alegría, que me da el sustento, la felicidad, pero exige mi sacrificio.
Y como sostienen las letras del himno CANTO AL COBACH:
Estar aquí sintiendo el // corazón más grande // forjando libertad, respeto, // integridad // anticipando el porvenir que // nos espera, // con la certeza de poderlo // conquistar.
BENEDICTO ESTÁ VIVO.
Circuló la víspera la muerte del Papa emérito, Benedicto XVI. Como reguero de pólvora medios de profundo arraigo internacional dieron cuenta de ello, incluso un servidor compartió, después de verificar el suceso en dichas cadenas noticiosas, el deceso de Joseph Ratzinger. La noticia fue publicada a través de una cuenta falsa en redes sociales.
OSITOS PARA EL TÍO Y MARCELO ES MI CARNAL
Algo tienen que hacer los presidenciables con arraigo en las corcholatas de escasa circulación para estar en el ánimo del público ante la amenaza incesante de ser sofocado por la inactividad en las redes sociales. Monreal con su intento de rap donde pretende conectar con las audiencias contando y cantando su vida. Habría que recordarle el infierno que han dejado los duques monreales en el señorío feudal de Zacatecas.
El más atrevido ha sido la intentona del canciller a quienes la chaviza adepta a BTS ya lo llaman el tío Marcelo. Gana audiencia con un grupo llamado Ositos para Marcelo en una red social de videos cortos. Y queda el grito de batalla Marcelo es mi carnal.
La madre de todas las batallas será el Estado de México donde la 4T no puede darse el lujo de perder otra vez ya que podría ser el hálito que necesita la oposición para contrarrestar la avasalladora fuerza del Presidente en turno.
UN MAL QUE DURÓ CIEN AÑOS.
Detractores y defensores de quien fue Presidente de la República, el señor licenciado Luis Echeverría Álvarez, falleció el fin de semana pasado, han saltado a interponer una y mil razones de su simbiosis con el fallecido responsable de la matanza de Tlatelolco y considerado por miles el mayor represor del país durante la época de la guerra sucia.
Cierto que el recién fallecido expresidente no fue tocado ni alcanzado por la justicia, espero que pueda resistir a la evaluación del juicio final. Con sus claroscuros, LEA respondió a la época, más con vicios que con virtudes, que le tocó lidiar. Algún día este país abrirá las compuertas de su propia auto liberación para encontrar el rumbo que actualmente necesita.
MARCHA POR LA PAZ.
En numerosas diócesis del país, la iglesia católica realizó el pasado diez de julio una marcha por la paz y la reconciliación en demanda de justicia. Los prelados católicos han hecho un justo llamado a las autoridades a buscar los mecanismos para poner un alto a la violencia que enluta y toca a todos por igual.
En su llamado a la reconciliación, la jerarquía católica, a pesar de la diplomacia y el cuidado de las formas y el fondo de su exhortación, ha sido vituperada por el Presidente de la República, de clara convicción evangélica. Quiero reiterar que los cristianos estamos llamados a responder al Evangelio, a la construcción del Reino de Dios, un reino de justicia y de paz. Ignorar este mandato no sólo nos aleja sino que traiciona a los principios esenciales de nuestra fe.
Es hora de ser profeta: denunciar al malvado y llevar la esperanza al necesitado. Sal y luz para las naciones.
Termino saludando afectuosamente a todos mis amigos abogados. Es cuánto.