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LA NOCHE DE LOS NAHUALES

by Benjamín M. Ramírez
Benjamin

 

Después del 1 de julio de 2018 a los azules en la península se les veía cabizbajo, aletargados, patidifusos y perplejos. El panorama cambió de un azul brillante, de un azul rey, a un gris ennegrecido, caótico y desesperanzador. Se acaba la ubre pública y ya se tiene fecha de caducidad, de entrega.

 

La llave de los dispendios, de las adjudicaciones directas y de los contratos a modo está por cerrarse.

 

Llegó la era de la ruina, de la desesperanza, de la orfandad y el abandono, el desamparo y el desabrigo político. 

 

Se acaban los jugosos negocios y los dispendios al amparo del poder. El movimiento a voluntad de los destinos de muchos bajacalifornianos que dependían de la buena fe y de las promesas de quienes gobernaron por 6 lustros, durante treinta años, está por fenecer. 

 

Aún faltan días, horas, minutos, segundos para que el panorama se vuelva de otro color, pero se acabará.

 

Sin embargo, escéptico por vocación, para mí, el gobierno entrante —si se queda en dos o cinco años— no cambiará en nada si vuelven los mismos de siempre que han estado al frente en la toma de decisiones cruciales para los gobernados. 

 

Así sucedía después de que los azules arrasaban en las elecciones: “gracias, han servido al partido. Ahora nos toca a nosotros hacernos cargo de los puestos públicos que ustedes lograron conseguir…”. Al de la voz jamás se le vio bajo el sol, volanteando o en las reuniones estratégicas para la promoción y defensa del voto. Eran ellos y no los que hacían la talacha política quienes se hinchaban con los huesos a repartir. 

 

Así sucede en la alcaldía de Tijuana, donde los marcados hasta el tuétano de haber pertenecido o pertenecer a otras siglas partidistas han socavado las esperanzas de quienes verdaderamente sudaron la camiseta a favor de del proyecto de nación del titular del ejecutivo nacional; ellos simplemente llegaron y se posicionaron con los mejores salarios en la nómina. 

 

Parafraseando a Eraclio Zepeda en su obra Benzulul: ellos tienen el nombre —o el hombre— que los ampara, les da poder, “tiene chulel, echa tiros, roba muchachas y no lo corretean […] Pero ahí tá el nombrón que los cuida y los encamina […] hacen maldá…”.

 

De ahí el descontento, la molestia, la decepción, la debacle, la ruina.

 

El ejemplo lo tenemos a nivel nacional: a Germán Martínez, — expresidente nacional del PAN— hoy senador por Morena, y quien despotricara en contra del partido y del ahora titular del ejecutivo en su momento; al expresidente de Acción Nacional en Baja California —Salvador Morales Riubí— delegado del IMSS en Baja California; a Manuel Espino, —expresidente nacional del blanquiazul— también defensor de las doctrinas del Yunque, la cofradía aterciopelada y cobijada en Guanajuato. 

 

Ahora Espino Barrientos, quien apoyó a Calderón en el 2006, apuntalando el spot de que López Obrador era un peligro para México, y en el 2012 apoyó a la candidatura de Peña Nieto, goza del cobijo presidencial, bajo acuerdos de facto para apuntalar su campaña con las siglas y colores de Morena para las elecciones locales del 2022 al gobierno de Durango. 

 

Los golpes y heridos no han querido esperar en las asambleas distritales de Morena. Existen reportes de hechos violentos en Jalisco, Baja California y Zacatecas.

 

¿Cómo le irá a Espino en Durango? Con la bendición del que está arriba, le irá bien. 

 

En otros lares: han hecho historia los pueblos originarios de Ecuador al obligar al presidente de esa nación a sentarse y aceptar las condiciones de diálogo de los inconformes por una serie de reformas implementadas por el mandatario ecuatoriano que han desatado el hartazgo de las personas menos favorecidas con las políticas fiscales del Fondo Monetario Internacional, FMI. 

 

Y es que el organismo internacional condicionó la entrega de una serie de créditos con la disminución de los subsidios fiscales a los combustibles, elevando los precios de los mismos hasta en más de 123% en diesel y 30% en gasolinas, lo que se reflejó en el alza al pasaje en el transporte público de un 40%, ésta y otras reformas. 

 

Pero los pueblos indígenas de Ecuador, solidarios, se manifestaron. Tomaron las calles, obligaron al titular del ejecutivo a cambiar la sede de la presidencia y, en última instancia, lo obligaron a sentarse para encontrar una vía alterna encaminada a la resolución del conflicto que amenazaba a escalar en proporciones inimaginables, y quizá obligaría al presidente de Ecuador a solicitar su dimisión. 

 

La tarde de este domingo, gobierno, interlocutores e inconformes sentaron las primeras condiciones de diálogo para resolver esta crisis suscitado por la serie de reformas que afecta a los más desfavorecidos.

 

Los ecuatorianos han demostrado valor, sacrificio, entrega y decisión en sus justas demandas. 

 

Pizarrón verde: muy mal parado ha quedado Oscar Vega Marín frente al presidente López Obrador al expresar su malestar por la consulta ciudadana para ampliar el plazo de 2 a 5 años del gobernador electo en Baja California. De hecho el pronunciamiento de la ciudadanía, en un 76%, ha sido la de ampliar el periodo a cinco años. 

 

Pintarrón blanco: La Suprema Corte de Justicia de la Nación, SCJN, deberá pronunciarse a favor del pacto federal y de la soberanía de los estados.

 

Cañón apagado: los diferendos entre el presidente de la SCJN y Felipe Calderón, seguirán dando la nota del ABC dario… 

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