Por Bernardo S. Cisneros Medina
Columna dedicada a Ana Velia Guzmán, amiga y colega periodista y a todos los padres y madres de familia que tienen hijos que practican deporte convencional o que por alguna discapacidad forman parte del deporte adaptado.
Referido lo anterior es digno de resaltar, de decir ¡honor a quien honor merece!, pues no es para menos el felicitar a los atletas con capacidades diferentes por su destacada, sí por su destaca e histórica actuación en los Juegos Parapanamericanos, que tuvieron lugar en Lima, Perú, al obtener la nada despreciable cantidad de 158 medallas, sí leyeron ustedes bien 158 preseas a lo largo de casi dos trepidantes y emocionantes semanas de competencias en todos y cada uno de los escenarios deportivos que fueron debidamente adaptados, una vez que llegaron a su fin los Juegos Panamericanos que se celebraron precisamente en la capital peruana y en cuya justa deportiva para deportistas convencionales México también tuvo una buena actuación al superar lo hecho hace 64 años precisamente en los Juegos Panamericanos de México 1955.
Pero con todo respeto, por supuesto con sus debidas proporciones, no vaya a hacer que su servidor hiera susceptibilidades, pero insisto lo hecho en los Juegos Parapanamericanos que finalizaron el domingo 1° de septiembre en Lima, Perú, por atletas mexicanos afectados por alguna discapacidad neuro cerebral, visual, auditiva y físico motriz, no tiene nombre, ya que se trata de deportistas que carecen de apoyo por parte de los altos mandos del deporte mexicano, tanto económico, como de infraestructura deportiva desde hace varios años.
Deportistas con discapacidad física que practican el deporte de sus amores, más por el deseo de seguir luchando para marcar la gran diferencia en sus atribuladas vidas llenas muchas veces por el desprecio y el abandono de sus propios seres queridos, que por recibir un premio millonario en pesos, ya no digamos en dólares, mucho menos ser objeto de recibir el patrocinio simbólico, más que en porcentajes económicos por las grandes marcas de artículos deportivos como casi siempre, por no decir que siempre sucede con los deportistas mexicanos convencionales, aunque sean unos maletas de primera, deportistas convencionales que ya no compiten por el amor al deporte, que lo hacen bajo muchos intereses monetarios y si son en dólares mejor.
Sin embargo, los deportistas mexicanos con discapacidad que a lo largo de los años han competido en diversas justas deportivas como Parapanamericanos y Juegos Paralímpicos, siempre han sacado la casta por México, han obtenido magníficos resultados, siempre han puesto el nombre de México muy en alto, lamentablemente al momento de recibir el justo y merecido premio les es regateado, por nuestros jerarcas deportivos, sí, esos hombres de pantalón largo que manejan el deporte a libre albedrío.
Sin es cierto que poco a poco los gobiernos, no en todos los casos se hacen esfuerzos por apoyar de dientes pa´fuera al también llamado adaptado, pero en México todavía estamos a años luz de ver cristalizado un verdadero apoyo para nuestros héroes que con su longevidad deportivamente hablando acuestas, no dejan de darles satisfacciones al deporte y a los mexicanos, por fortuna en Baja California, el Instituto del Deporte y la Cultura Física de Baja California, que desde hace casi 18 años encabeza Saúl Castro Verdugo, se trabaja por apoyar a los deportistas especiales, quienes por su parte también responden con creces.
Porque ganar 158 medallas, de las cuales 55 fueron de oro, 58 de plata y 45 de bronce, se dice fácil, en virtud de que al fin números son fríos, más nadie sabe acosta y bajo que costo colocaron a los deportistas Parapanamericanos que en las últimas dos semanas de agosto dejaron alma, vida y corazón en Lima, Perú, sede los Juegos Parapanamericanos 2019, superando por mucho la actuación de Guadalajara 2011 y Toronto 2015 al cerrar en las tercera y cuarta posiciones respectivamente.
Vaya que este gran logro de los atletas Parapanamericanos, no llegó sólo, este enorme triunfo de Lima 2019, tiene nombres y apellidos como en anteriores gestas heroicas, nombres de los entrenadores, médicos, psicólogos, nutriólogos que desde el anonimato ponen su granote de arena, nombre de los padres y madres de familia, esos hombres y mujeres que a pesar de los sentimientos encontrados por no tener un hijo o una hija convencional, lucharon a brazo partido con sus vástagos con el fin de vencer juntos, unidos y tomados de la mano, las adversidades que por su condición física les plantea la vida.
Afortunadamente los atletas especiales, tienen un alma de acero y un enorme corazón, que los hace prácticamente invencibles, a tal grado de que son capaces de vencer los obstáculos que tienen enfrente.
¡Honor a quien y a quienes honor merecen, una vez más felicidades campeones!.
El autor de esta columna es Licenciado en Derecho, egresado de la Universidad de Tijuana CUT, ejerce el periodismo desde hace 35 años y es director del portal de internet www.ensaladadeportivabaja.net