LA TRIADA PÉRFIDA O PERSEGUIR PARA GANAR
Ignoro si los veracruzanos pueden perdonar tantas afrentas, tantos desaparecidos, tanta violencia, tanta mezquindad de sexenios pasados para confirmar el voto hacia una alianza en sí misma pérfida. Una alianza con un olor nauseabundo, inmundo y viciado. Una alianza que quiere recuperar lo que ha perdido: sus ansias de poder. Así se confirma la vieja conseja popular: el enemigo de mi enemigo es mi amigo.
El problema es que los azules, amarillos y rojos —PAN, PRD y PRI— nunca fueron enemigos, fueron cómplices, compinches, secuaces, bandidos. Simulaban estar en conflicto frente a la tribuna cuando en realidad pactaban y dictaban el guión teatral —frente a la ceguera ciudadana— que siguiera a su actuación, como lo rememora el PACTO POR MÉXICO, que hoy cobra vida nuevamente con la alianza VA X POR MÉXICO, palabras más, palabras menos, siguen el mismo patrón, la misma ruta.
Los veracruzanos tienen un gobernador, un alcalde y funcionarios de elección popular, desafortunadamente, sin capacidad para gobernar. La nave inmensa de un estado sumido en sus problemas —desempleo, inseguridad, servicios públicos, desarrollo agropecuario o servicios tan elementales como el suministro del agua— parece irse a pique. Es normal que el pueblo sabio indique que no saben ni sirven para gobernar.
El partido en el poder, en Veracruz, está más preocupado por conservar que por servir.
Entonces, mi ignorancia se convierte en revelación: el pueblo sólo quiere regresar a lo que está acostumbrado, incapaz de sembrar las simientes de su propia transformación. Rehúye a la cirugía y se conforma con un analgésico. Se refugia en su sino, en su ignorancia: ignoro para no preocuparme más.
Dentro de este mismo orden de ideas, es al ex – gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, a quien la FGR ha iniciado una investigación por irregularidades cuando el panista estuvo al frente del ISSSTE, durante el sexenio de Felipe Calderón. La FGR sólo está en espera de la información que se ha solicitado a la dependencia federal para avanzar con el procedimiento judicial.
Seguro que buscan acalambrar al hombre que fuera de todas las confianzas del también ex gobernador Patricio Chirinos Calero, siendo su férreo secretario de gobierno, el hombre que mantenía el “orden” en Veracruz, acechando desde su oficina a la oposición o a sus adversarios políticos.
Supongo que el personal de la FGR desconoce las amplias habilidades de este personaje que ha podido sortear denuncia tras denuncia, desde el caso Lydia Cacho y “Los demonios del Edén”, hasta la denuncia interpuesta por el Órgano Superior de Fiscalización de Veracruz, adscrito al Congreso del Estado por un monto de 36 mil millones de pesos, presuntamente desviados durante el primer año de gobierno de Yunes Linares.
Yunes Linares es capaz de tejer alianzas y lograr acuerdos, al más alto nivel, nada lo asusta o lo detiene: con Fox, Calderón, con Elba Esther o con el que está arriba o abajo. Supongo que su paso por las instancias de seguridad pública le permitido nutrirse de información relevante y muy sensible para hacer y no ser molestado.
Así lo denunciara en su momento Manuel Espino, ex presidente del PAN, en 2013, por enriquecimiento ilícito por más de 3 mil millones de pesos, situación, que según el ex líder del blanquiazul no coinciden sus ingresos y su declaración patrimonial o cualquier otra investigación por instancias federales, al jefe del clan Yunes, nada parece preocuparle.
Hoy a Miguel Ángel Yunes Linares se le acusa porque probablemente se le requiere para poder ganar la elección. Intercambio de favores, acuerdos soterrados, lo cierto es que, a pesar de las 17 recomendaciones en materia de Derechos Humanos, así como de episodios de represión y tortura emitida por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Yunes “continúa en lo suyo y seguirá luchando para lograr un cambio profundo en Veracruz” […], sin ser molestado.
Lo único que le preocupa al ex mandatario veracruzano es que las filtraciones de la FGR lastimen a dos de sus hijos que han decidido hacer carrera política.
A Yunes lo vi una vez, —pasó de ser Secretario de Gobierno a Presidente Estatal del PRI— como siempre: ordenando, dirigiendo, manoteando y exigiendo que se apurara, a un poderoso empresario que preparaba su candidatura a la alcaldía de Coatzacoalcos.
A Yunes lo saludé una vez, —era Secretario de Gobierno en el sexenio de Patricio Chirinos Calero— en el poblado 10, La Chinantla, en el Valle del Uxpanapa, en la declaratoria de Municipio Libre llevada a cabo por el gobernador.
«— ¿Qué tal, Benjamín? —me expresó con una afabilidad muy familiar. Le sorprendieron las preguntas de la entrevista, que trascendió a nivel estatal. Ya la presencia de grupos armados empezaba a azotar sin piedad a la población inerme de un noble Veracruz.
«—Cuídese mucho, me dijo. Ignoro si fue advertencia, amenaza o un deseo genuino.
En este mismo tenor de denuncias y extradiciones, es probable que Karime Macías, esposa del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, sea extraditada en breve. Se necesita el aderezo necesario para volver más álgido el ambiente electoral.
Lo único visible de la mano invisible de la justicia es que es necesario perseguir para ganar.
Para concluir: en Tijuana, Baja California, supongo que es una falta de respeto del equipo de logística de la candidata Marina del Pilar. La candidata al gobierno estatal no se presentó a una reunión con maestros y maestras. Nada disculpa ni justifica soslayar a una parte importante de la comunidad tijuanense.
Espero que la marea azul que hoy se vuelve morena no borre las huellas del desplazamiento y arrinconamiento tácito de quienes han construido las bases de la izquierda bacaliforniana. Ya rojos y azules se frotan las manos por los puestos a repartir, haciendo a un lado, —desechando— a quienes se han sumado desde décadas pasadas, y de forma genuina, a la 4T impulsada desde Palacio Nacional.
Por último, repruebo la decisión del Instituto Electoral de Baja California por negarle la candidatura al Teniente Coronel, en retiro, Julián Leyzaola, bajo el principio de presunción de inocencia. Bien sabe el electorado que Leyzaola es un perseguido político.
Y es probable que la población requiera de un policía.
Déjenlo jugar ¿o le tienen miedo?