Tijuana.- En últimos días los camiones de carga han demorado hasta 16 horas para cruzar a Estados Unidos por la garita de Otay en Tijuana, pero esto se ha generalizado en toda la frontera, algo sumamente dañino para la salud pública porque las largas filas aumentaron un 40% los contaminantes en el aire.
Así lo remarcó el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), afirmando que cualquier programa que busque mejorar la calidad de aire palidece y es realmente saboteado por políticas aduaneras, políticas públicas no articuladas y hasta contradictorias, como la que está causando estas demoras.
“El cálculo más modesto indica que los contaminantes en el aire aumentaron en 40% debido a las largas filas de tractocamiones, esto se suma a las pérdidas económicas en tiempo y productos perecederos, 20% aproximadamente, recordemos que de San Quintín se exportan gran cantidad de ´berries´ como las fresas, frambuesas y moras”, comentó.
El experto en gestión estratégica del desarrollo recordó que el impacto de las emisiones de la combustión de diésel en la salud pública es una preocupación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo que este tipo de decisiones políticas provocan que las largas filas de tractocamiones saboteen la propia ley de calidad del aire de California.
“Desde hace tiempo la Agencia de Protección Ambiental de California impulsa un programa de ´retrofit´ para tractocamiones a diésel para así aliviar la contaminación causada por las filas, pero nunca se contempló un escenario tan adverso: 24 horas de fila a baja velocidad y algunos con sistema de refrigeración ´termoking´ a diésel también”, afirmó Zavala Álvarez.
Aunque no hay mediciones precisas en las zonas ahora ampliadas de emisiones, detalló Zavala Álvarez, se estima que el aumento de consumo de diésel es del 30 o 40%, lo que parece hasta modesto cuando la fila “normal” era de 2 a 3 horas para los tractocamiones, por lo que resulta absurdo y no inteligente acostumbrarse a estas nuevas “normalidades”.
“Hoy por hoy los vehículos de carga y trasporte pesada son los grandes consumidores de diésel, por lo que la salud de choferes, vecinos y empleados de las aduanas de ambos gobiernos está seriamente perjudicada, califica para riesgo laboral o demanda condiciones que garanticen la salud sin exposición a contaminación”, opinó el director del CIGA.
Los capuchones de recuperación de vapores en las pistolas de suministro de gasolina en California iniciaron como una medida para no inhalar los gases, recordó Zavala Álvarez, uno de los 300 expertos mexicanos egresados del Programa LEAD, con sede en el Colegio de México, líderes comprometidos con el medio ambiente y el desarrollo sustentable.
Aún sin combustión, explicó, el tanque de gasolina al ser llenado expulsa un flujo de alta concentración de vapores justo a la cara del operador, así que si no en México, seguramente sí los trabajadores de patios y oficiales de aduana de Estados Unidos podrían demandar garantías por la exposición a contaminantes de la combustión de diésel.
“Las emisiones por la combustión de diésel afectan la calidad del aire y dañan a la salud pública; sería absurdo normalizar las 16 horas que están esperando los tractocamiones para cruzar la garita de Otay luego de que la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos decidió cerrar parte de los carriles por tiempo indefinido”, remarcó Zavala Álvarez.
Recordó que el escandaloso fraude de Volkswagen hace unos años no sólo trajo a la empresa pérdidas económicas que ya ascienden a los 29 mil millones de dólares, sino que impactó la credibilidad de la industria automotriz mundial, así que las campañas oficiales para inhibir la importación de autos usados y favorecer la producción de carros resultan por lo menos hipócritas.
El ingeniero bioquímico explicó que los gases de escape de diésel son una mezcla de diferentes tipos de gases y contienen partículas muy pequeñas de hollín, así como de sustancias químicas dañinas como benceno y arsénico, además de óxidos de nitrógeno que se unen con el calor para formar el ozono o el smog, otro contaminante del aire.
“El aire lo respiramos todos, pero están más expuestos los habitantes o trabajadores de la zona de aduanas; la buena noticia es que pronto habrá gas natural vehicular para el transporte público en Tijuana, como ya se usa en San Diego”, finalizó el también vicepresidente de Gestión Ambiental en la Cámara Nacional de Comercio de Tijuana.