Zalamero en extremo con el presidente, al dirigente nacional de MORENA Alfonso Ramírez Cuellar se le ocurrió proponer a los diputados de su partido convertir al INEGI en una especie de policía fiscal para conocer los niveles de riqueza de las familias mexicanas.
¡Cuál riqueza!
Quizá para que el presidente le aplaudiera tamaña ocurrencia, el señor Ramírez Cuellar argumentó que se abatiría la desigualdad porque “debe pagar más, el que más tiene”.
El disparate de este hombre invadió el lunes las redes sociales, pues la intención sería que el INEGI auditara las viviendas de la gente para estimar sus niveles de riqueza. ¿Cuál?
Según reportes de la Comisión Nacional de Evaluación (Coneval), en 2018 más de 52 millones de mexicanos vivían en la pobreza.
¡Y todavía no había Pandemia!
Seguramente don Alfonso no midió que en esas “auditorías” los inspectores encontrarían que en la mayoría de los hogares habría piso de tierra y estufa de leña.
Los tenis de los niños estarían rotos y harían la tarea apoyados en una desvencijada mesa.
¡Dónde está la riqueza!
Además de las buenas costumbres y la cultura, esa riqueza económica que supone Ramírez Cuellar solo existe en su arrastrada imaginación .
Este hombre no reparó en que AMLO presume haber recorrido todos los rincones del país, lo que hace suponer que sabe perfectamente que más del 40 por ciento de los mexicanos viven en la pobreza.
Durante la conferencia del martes, el presidente López Obrador mostró una extraña prudencia pues simplemente “descalificó” la propuesta del dirigente (que no líder) de MORENA.
AMLO dijo que no cree correcta esa propuesta pues se tiene que mantener en privado el patrimonio de empresarios y de todos los mexicanos.
Habrá que señalar que la propuesta de Ramírez incluye que el INEGI pueda acceder al secreto bancario, fiduciario y fiscal para poder medir la riqueza.
El asunto es que la descabellada idea de Ramírez Cuellar fue mal vista, incluso por la mayoría de los diputados de MORENA porque descubrirían que ellos no viven precisamente en la pobreza.
Laborín
A la perfección cumple “el papel de florero” el director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT) Rigoberto Laborín Valdez
Y es que desde hace tres semanas, el mandamás en la paraestatal es nada menos que el gobernador del Estado Jaime Bonilla Valdez.
El miércoles refirió que se investiga a ex funcionarios de la CESPT y a empresarios deudores de agua.
No lo dijo, pero el gobernador se ha encargado de recuperar más de 300 millones de pesos y faltarían unos 800.
El asunto es que Laborín es un profesional de la incapacidad y por ello el gobernador Bonilla tiene que hacer el trabajo que le corresponde al director de la CESPT.
Positivo
Qué bueno que el gobierno de Baja California apoya a las familias más necesitadas durante esta pandemia.
El pasado lunes la autoridad anunció que había distribuido casi 1 millón de despensas en los municipios del estado, apenas al inicio de la octava semana del reparto.
Jaime Bonilla Valdez, gobernador del estado, se mostró satisfecho porque desde iniciada esta campaña de distribución de despensas, es decir del día 31 de marzo a la fecha, cada semana ha ido en incremento la distribución de despensas que a mediados de esta semana ya se rebasó el millón.
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