Tijuana, 31 de marzo de 2025.– La inconformidad se convirtió en acción. Desde tempranas horas, cerca de 600 trabajadores de la CESPT se apostaron en sus lugares de trabajo, pero no para laborar, sino para exigir respeto y mejores condiciones.
La molestia acumulada por años estalló en un paro laboral indefinido. Guillermo Aldrete Casarín, líder del Sindicato de Burócratas, denunció que los empleados han sido víctimas de hostigamiento y abuso verbal por parte de sus superiores en tres de las nueve plantas de bombeo: Alemán, Morelos y Morita.
Pero la protesta no es solo por el maltrato. Los trabajadores también acusan que la falta de equipo e insumos pone en riesgo su seguridad en tareas diarias. “Queremos un trato digno, no estamos pidiendo nada extraordinario, solo lo justo”, expresó un empleado mientras sostenía una pancarta con la consigna: “Respeto a la clase trabajadora”.
El ambiente entre los manifestantes es de determinación. Advierten que, si sus demandas no son atendidas de inmediato, el paro se extenderá y la CESPT podría cerrar por completo. Hasta ahora, las autoridades no han dado respuesta, pero la tensión crece y la ciudad observa atenta el desenlace.