Tijuana, 28 de marzo de 2025.– La colonia Flores Magón despertó con una nueva tragedia. Anoche, sobre la calle Emiliano Zapata, Gerardo cayó abatido en la entrada de su hogar, víctima de dos disparos certeros en el rostro.
Los paramédicos intentaron reanimarlo, pero el daño ya estaba hecho. Su esposa, en medio del dolor, contó que su esposo tenía deudas, aunque no sabe si eso lo condenó. Lo único cierto es que los asesinos se esfumaron en la oscuridad y nadie pudo identificarlos.
La escena del crimen quedó acordonada. Solo el sonido de las sirenas rompía el silencio de la madrugada mientras los peritos recogían casquillos de un arma calibre .223.
Hoy, una familia llora su pérdida y las autoridades buscan respuestas en un caso que, por ahora, solo deja preguntas.