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LA NOCHE DE LOS NAHUALES || BENJAMÍN M. RAMÍREZ

by Redacción Pulso Ciudadano
Benjamin

UNA CHINCHE EN CU O EL DOLOR EN CIUDAD MADERO

LA NOCHE DE LOS NAHUALES

Por Benjamín M. Ramírez

Esta era una chinche preocupada por su formación universitaria. Tan impaciente que no le daba pena asistir a la facultad. Inquieta, y con sentido social, invitó a conocidos y conocidas, a asistir a la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM.

Asistía a clases con denuedo, con tesón y vocación. Ni siquiera presentó examen de admisión: era tan clara su vocación. Sin matrícula y por no pagar inscripción muy pronto será fumigada en Ciudad Universitaria.

Las chinches no sólo asisten a dicha facultad, que también están en Derecho o Arquitectura, Ingeniería o Filosofía. Se han reportado la presencia de chinches en las instalaciones del CETIS, IPN y en otras unidades académicas. Son unas chinches preocupadas por su formación académica, en las más altas esferas de la educación nacional.

Espero que las chinches también sean tratadas con sentido de inclusión, pertenencia y fumigadas con estricto apego a la ley y al derecho, que por eso han estado tanto tiempo en su Alma Mater. Muy pronto, ya fumigadas, saldrán diversos grupos a defender la vida de los parásitos infiltrados.

Tan pronto obtengan su título, las chinches deberán ser examinadas, con lupa, por esos casos de tesis plagiadas. Que no hay razón de ser desvinculadas de Ciudad Universitaria. A las chinches universitarias se la ponen tan fácil con presentar de nuevo los párrafos no citados. No era tesis, tan sólo un informe de actividades profesionales, pero en caso de plagio se anula y se califica con una rotunda X.

Antes no existía el formato APA. Ni eran tan rigurosos: el Óp. Cit., el Cfr., el Id, Idem  o Ibidem,  usados en las notas al pie de páginas.

IX AÑOS SIN DERECHO NI JUSTICIA: AYOTZINAPA

La semana pasada, la desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa cumplió nueve años.

Nueve años en los que los esfuerzos del Estado han desembocado en un reporte estéril. Sin asumir, en los sexenios pasados, la responsabilidad que le compete. Incluso en el presente.

El miedo a la verdad y a la justicia, a la paz y a la reconciliación ha sido el detonante de la violencia y la inseguridad que se palpa en cada metro cuadrado del territorio nacional.

Sin justicia no hay lugar para la paz.

Es urgente evidenciar los fuertes intereses que pretenden enterrar la memoria de los horrendos crímenes cometidos en contra de la población vulnerable. El Estado de Derecho debe prevalecer y garantizar al ciudadano la certeza jurídica, el derecho a la paz, a la justicia y a la verdad. Sin estas bases se corre el riesgo de sumir, más, al país en el caos lo que significa la negación, la complicidad y la falta de transparencia.

Ignoro cuáles eran las verdaderas intenciones de los normalistas, no sé si eran culpables por conductas delictivas, lo cierto es que las instituciones, que son garantes de la paz y la seguridad, no pueden realizar ejecuciones sumarias, violando el debido proceso. La verdad os hará libres.

2 DE OCTUBRE NO SE OLVIDA.

Que sirvan estos renglones, quizá desconocidos, un homenaje a los caídos en la Plaza de Tlatelolco. En las ocasiones en las que he pisado la plancha de la Plaza de las Tres Culturas dejo volar la imaginación para atraer a los espíritus de los ahí caídos.

Quiero pensar que las puertas de la parroquia también se cerraron. Quizá también fueron abandonados por la divinidad. Dejados solos y a su suerte. Que sea la memoria de quienes derramaron su sangre para sembrar la semilla de un México mejor, un país que le apuesta al diálogo y no a la represión.

Que se escriban con sangre, a fuerza del recuerdo, las nuevas páginas de la historia de un país que conmemora el sacrificio de quienes sucumbieron cuando la metralla hablaba. Que sea el diálogo que ilumine la obscuridad que se cierne y no la bengala homicida. Que sea la alegría, la identidad y la esperanza la que abra el camino y no el zumbido sordo del proyectil que asesina.

Dos de octubre no se olvida porque se escribió con sangre.

CORCHOLATAS VERACRUZANAS.

El descontento marca la sazón en las mesas veracruzanas. No hay paz, ni seguridad, ni tranquilidad en el inquieto ánimo del veracruzano. Las promesas del actual gobernante quedaron en el olvido. Se le ofuscó la memoria con tanto poder concentrado ya que también se siente juez.

Cinco años de aprendizajes marcados por el error, la fanfarria y la falta de liderazgo en un Estado que, como sus carreteras, se cae poco a poco, a pedazos. No es mala fe, ni dolo, sólo que se eligió a la persona equivocada y tendremos que pagar los yerros como penitencia y ofrenda, a la muerte y al dolor, a la inseguridad y la falta de esperanza.

Por lo pronto, las corcholatas veracruzanas ya bailan la canción de “La iguana”, el “Tilingo lingo”, “El Querreque” y “La bamba”. Se darán baño de pueblo, serán humildes y compungidos por no hacer más allá de lo que sus deberes administrativos les demandaban. Saldrán a las casas a decir que tendremos un mejor Estado. Todo lo que no se ha cumplido, ahora sí se cumplirá.

El único que no encaja en la tercia de mulas es el autodenominado, auténtico y legítimo veracruzano, como el café, Sergio Gutiérrez Luna.

Conozco a muchos que se dicen orgullos de ser nativos de un lugar, como cierto regidor de mi pueblo, pero les da vergüenza escribir el nombre del pueblo que les da de comer, que los sostiene y soporta.

Mi pueblo no tiene remedio: los gobiernan extraños y extraños son en su propia tierra. Mi pregunta es: ¿Cuántos lustros o décadas seguirán gobernando?

Por lo pronto, será una zacatecana la próxima en dirigir los destinos de un Veracruz adolorido y flagelado. Ya el dedo que apunta desde la gran Tenochtitlán la ha designado. No hay encuesta que valga. Pierde el extraño que se dice auténtico.

Ha perdido ya el que consiguió un voto del total de los sufragios emitidos en el Consejo Estatal de Morena y su nombre estará en la consulta sólo para legitimar un proceso con un resultado que ya fue anunciado.

IGLESIA

Va mi tristeza, mi dolor y mi solidaridad para los fieles de la parroquia Santa Cruz, en Ciudad Madero, Tamaulipas.

Hasta estos momentos se reportan 15 personas fallecidas, decenas de heridos y los trabajos aún no se detienen en la búsqueda de personas atrapadas entre los escombros. La estructura del edificio colapsó mientras se registraba una misa por un bautismo.

La solidaridad y el oportunismo se han hecho presente a raíz de la tragedia. El gobernador llegó seis horas después del derrumbe. La capital del estado se encuentra a dos horas en vehículo. Cientos de personas se hicieron presentes para las labores de rescate. El número de personas fallecidas puede variar.

Que Dios muestre su misericordia.

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