¿NI PERDÓN, NI OLVIDO? O HACKEAR AL RUISEÑOR…
Por Benjamín M. Ramírez
Aprovecho el espacio para ser y hacer eco de la petición que realiza el Sindicato de Profesores del Colegio de Bachilleres del Estado de Baja California, SPCOBACH, en coordinación con la Federación Nacional de Sindicatos de Colegios de Bachilleres, FNSCB, dirigida al Presidente de la República, licenciado Andrés Manuel López Obrador, a la titular de la Secretaría de Educación Pública, SEP, maestra Leticia Ramírez Amaya, al titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, SHCP, doctor Rogelio Ramírez de la O, que en sendos oficios solicitan, con carácter de urgente, el pago del incremento salarial y el incremento del presupuesto para los Colegios de Bachilleres de los estados.
El primer oficio, signado por un servidor y por decenas de profesores afiliados al SPCOBACH, bajo la dirección atinada del ingeniero Eric Garibo Cárdenas, dice a la letra:
“Como trabajador del Colegio de Bachilleres reconozco el legítimo sentimiento de apoyar a la clase trabajadora de este país, por este medio refrendo mi apoyo a su compromiso de primero los pobres.
Por otra parte, le manifiesto mi situación laboral que año con año padezco: a pesar de que en el mes de mayo de cada año se anuncia el incremento salarial, a la cual tenemos derecho. Resulta que a los trabajadores de educación básica se lo pagan a más tardar el 15 de junio de cada año; sin embargo, a mí, cada año, la Federación autoriza el pago de mi incremento salarial hasta el mes de diciembre, lo cual deja de manifiesto una discriminación laboral hacia mi persona, ya que cuando recibo el incremento salarial he perdido todo poder adquisitivo, perjudicando gravemente el bienestar de mi familia.
Señor Presidente, Andrés Manuel López Obrador, acudo a usted porque es la única persona que puede ayudar a que esto se resuelva de una vez por todas, para no seguir sufriendo esta discriminación laboral como si fuera un trabajador de segunda, indique que de manera inmediata se page el incremento salarial de este año y que quede regularizado en los términos que se solicitan, así para que cada año se pague en la misma fecha que los trabajadores de educación básica”.
En el segundo oficio se solicita el incremento al presupuesto para Bachilleres, y a la letra dice:
“En mi carácter de trabajador del Colegio de Bachilleres me dirijo a usted, primeramente para reconocer el gran esfuerzo que viene haciendo su gobierno para mejorar el nivel de vida de los más desprotegidos de nuestra población, así como por las becas para estudiantes otorgadas de manera universal.
Sin embargo, las diversas gestiones que nuestros representantes sindicales han realizado en tiempo y forma ante instancias legislativas y dependencias de gobierno, hasta la presente fecha no han tenido la respuesta esperada. Por ello hoy a través de este medio, le solicito tenga a bien considerar recursos por mil millones de pesos como urgente en el presupuesto 2023, para lo siguiente:
1.- Recategorización para docente (promoción horizontal).
2.- Mantenimiento de los edificios escolares y equipamiento de laboratorios de ciencias exactas e informática”.
Así se dirigen, a través de sendos escritos, los trabajadores de Colegio de Bachilleres del Estado de Baja California, y de los estados de la federación, en su legítimo derecho de petición.
Conmino a mis compañeros a signar estas cartas – petición y cerrar filas en torno a una misma lucha.
TLATELOLCO: ¿NI PERDÓN, NI OLVIDO?
Imperdonable que un pueblo pierda la memoria. El 2 de octubre de 1968 debe ser recordada como una fecha de ignominia nacional.
Recién estuve en la Plaza de las Tres Culturas. Quien me acompañaba reparó en las muescas dejadas en el pavimento.
«— ¿Rastros de los proyectiles disparados? —No estoy seguro, —contesto. —Si así fuera, estaríamos pisando la memoria de los caídos, —aduje.
«—Fue como pescar truchas en un barril, —insiste. Quizá sí, —respondo. —Ni para donde escapar. Estuvieron sitiados, encerrados, cercados, sin escape alguno, —manifestó.
« ¿Y Dios sólo fue un mudo y ciego testigo de la barbarie en contra de los miles que estaban siendo masacrados? ¿La iglesia —la parroquia de Santiago Apóstol— aledaña a la plaza, abrió sus puertas para ser el refugio de quienes esquivaban las balas? —inquiere. —No atino a contestar.
En la plaza se puede leer la placa en memoria de los caídos. Las ruinas permanecen, respiro honda y profundamente. Otra placa habla del doloroso nacimiento de una nación el 13 de agosto de 1521. La memoria quiere recordar la cruenta batalla entre las fuerzas lideradas por Cuauhtémoc contra las huestes españolas comandadas por Hernán Cortés. La caída de Tlatelolco significó el fin del imperio azteca.
A 54 años de la masacre en la Plaza de las Tres Culturas, parece que el olvido está llegando. Los 4 mil congregados en la manifestación de Tlatelolco al Zócalo de la Ciudad de México dan cuenta de ello. Tal parece que no nos importa y sólo se postea, 2 de octubre no se olvida.
Llegará el olvido y el justo reclamo por la justicia será una arenga más.
HACKEAR AL RUISEÑOR.
Me parece deleznable hablar de la salud del Presidente como un argumento sólido para pedir su dimisión. Si bien es cierto que las condiciones en las que se encuentra Andrés Manuel López Obrador son de interés de seguridad nacional, también lo es lo dispuesto por la Constitución ante ciertas eventualidades que pudiera sufrir el titular del Poder Ejecutivo Nacional.
Mi admiración y profundo respeto por lo que hace de forma cotidiana el Presidente de la República. Imagino cuánto podría haber hecho si en las elecciones de 2006 lo hubieran dejado ganar. Sin duda, López Obrador ríe y entona la canción de Chico – Che, “Que no me quiso el ejército”.
Elevamos nuestras oraciones para que la Providencia permita al titular del Poder Ejecutivo terminar con bien su sexenio y le permita cosechar las semillas de la transformación que le urgen al país.