EN EL PAÍS QUE MANA SANGRE Y HIEL
En los últimos días he perdido la cuenta de cuántos retenes han impedido el libre tránsito, de propios y extraños, en esta frontera y en el sur del país. Retenes instalados a mansalva, por doquier. Si son tan efectivos ¿Por qué la violencia y los delitos, en general, no disminuyen?
Las masacres perpetradas en Tamaulipas y Zacatecas hablan, en sí mismas, de la decadencia social en la que nos encontramos y del abismo profundo de la descomposición social colectiva a la que nos precipitamos. La sociedad, con el terror a la espalda, clama por un oasis de solaz, en la cotidianidad de su supervivencia, de la que emerge, en las pocas horas que se permite salir, en las que su integridad y seguridad personal se encuentran amenazadas.
Una definición de terror es miedo intenso; persona, situación o cosa que infunde ese miedo intenso. Bajo este prisma, no la del Presidente, puedo decir que la sociedad vive bajo un clima de terror, y que el terrorismo doméstico, empleado por el Presidente Trump, constituye un aspecto al que se le debe combatir con toda la fuerza del Estado.
Tamaulipas, Zacatecas, Guanajuato, Guerrero y Michoacán son los estados en las que el clima de violencia se incrementa de forma alarmante, sin que exista poder humano o divino capaz de ponerle un alto, un alto al clima de violencia al que nos hemos acostumbrado y ya forma parte de nuestro cotidiano devenir.
La Iglesia, a través de sus canales habituales, ha exigido un cese a la violencia que se vive en el país.
El Estado debe asumir el papel que le compete para brindar a los ciudadanos la seguridad y tranquilidad que tanto se necesitan. No debe ser una promesa, ni una dádiva. Es una obligación Constitucional.
Recién recibí la contestación de una empresa de transporte en el sureste del país. En la misiva me aseguran que nada pueden hacer contra los retenes instalados a lo largo de la carretera que comunica a Tabasco y Veracruz, nada pueden hacer para mejorar las condiciones de las carreteras, lo que sí pueden hacer, sostuvieron, es incentivar el diálogo con las autoridades competentes para que no se presenten estas situaciones que afectan el libre tránsito y vulneran la seguridad de los ciudadanos y las condiciones mecánicas de los vehículos automotores.
Ojalá y Adán Augusto, así como Cuitláhuac García, puedan escuchar las demandas de los empresarios transportistas de pasajeros, así como los de transporte de carga y los conductores de vehículos particulares para que se pongan a trabajar en los temas más urgentes en la agenda ciudadana.
EN EL PAÍS DE LAS LETRAS MUERTAS.
He seguido con mucha atención el malestar de la base magisterial en contra de los dichos de la titular de la SEP, de la ampliación del calendario escolar y del sentimiento de nostalgia por Esteban Moctezuma.
Al menos, sostienen los docentes, en el ex titular de la SEP había empatía hacia quienes realizan el trabajo en las aulas. El sentimiento de mayor pesar se presenta cuando la maestra Delfina Gómez se refiere a los salarios como si fuera un regalo, una dádiva o un favor el devengar los sueldos de quienes, desde hace más de un año, han desarrollado múltiples estrategias, empleando sus propios recursos, tiempo y esfuerzo y, en muchos casos, invirtiendo en equipo, para el desarrollo de sus tareas académicas.
La mayoría de los docentes ama su trabajo frente a grupo y ha sido notorio el esfuerzo realizado, de los gastos devengados de sus propios bolsillos, principalmente en equipo de cómputo, adecuaciones a sus espacios de trabajo, servicio de internet y telefonía móvil e invertir en dispositivos móviles que fueran capaces de soportar la carga de trabajo en línea.
Por lo pronto me solidarizo con la base del magisterio, en su ser incomprendido y no valorado, a pesar de las arduas jornadas de trabajo, que incluyen los días de descanso y horas inhábiles.
Concluyo agradecido con el Creador por permitirme llegar a un aniversario más en la entrega semanal de esta columna. Agradezco a mis lectores que semana tras semana me honran disponiendo parte de su tiempo de manera generosa para permitirme estar en contacto con ellos, a través de este canal de comunicación.
Agradezco infinitamente la oportunidad que me brinda Alberto Gómez para ocupar un espacio en los diversos portales para la publicación de LA NOCHE DE LOS NAHUALES.
Mil gracias por acompañarme durante cuatro años.