Enfrascados en una lucha personalizada, el gobernador del Estado y el alcalde de Tijuana estiran tanto la liga que corren el riesgo que les reviente en la cara.
Entre la reciente pugna entre ambos se encuentra el control y la operación del Sistema Integral de Transporte de Tijuana (SITT) y —en términos generales— todo el transporte público de la ciudad.
Atascado en su operación por la falta de voluntad y los obvios intereses políticos, el sistema de transporte público luce asfixiado y al punto del colapso.
Primero fue la ausencia de voluntad política del ex alcalde panista Juan Manuel Gastélum (el Patas) y ahora el encontronazo entre el alcalde de Tijuana Arturo González Cruz y el gobernador de Baja California Jaime Bonilla Valdez, ambos de MORENA.
La semana pasada el alcalde González advirtió que emprenderá una lucha legal para que el control del transporte lo mantenga el gobierno municipal.
Justo la semana pasada quedó desmantelada la dirección municipal de transporte, pues (por acuerdo mutuo) esa responsabilidad recaerá en el Instituto Estatal de Movilidad, es decir, bajo control del Estado.
Si atendemos al enfrentamiento entre el gobernador Jaime Bonilla y el alcalde Arturo González, este último luchará para que el transporte regrese al control del gobierno municipal.
Y aunque la ley señala que el transporte público debe ser controlado por los gobiernos municipales, en el caso de Tijuana fue el propio alcalde González quien promovió cederle el control al Estado.
Apenas entraron a sus respectivas administraciones, en plena “luna de miel” el alcalde González propuso y el Cabildo avaló darle el control al Estado.
A un año de distancia Bonilla y González se odian y este último quiere meter reversa en las decisiones que tomó en el pasado.
El asunto es que mientras ventilan sus odios la gente que usa transporte público debe someterse a un servicio malo, caro y sucio.
Si alguien se pregunta por qué el gobierno federal se hace de la vista gorda, la respuesta es que los 3 son de MORENA.
Esos mil 500 millones de pesos que se entregaron en administraciones priistas fueron “utilizados” en estudios técnicos y en la construcción de paraderos que utilizarían modernos camiones que —como vamos— pueden convertirse en chatarra.
Ah
A propósito de los camiones resulta que el empresario boxístico Fernando Beltrán Rendón “embarcó” al también empresario del Estado de México Fernando Flores, quien aceptó comprar la millonaria deuda de los camiones del SITT.
Beltrán se puso listo y embaucó a su tocayo en un mal negocio.
Ahora Flores tiene que pagar 400 millones de pesos de los camiones que están amontonados en los patios del SITT.
Por si alguien lo ignora, Fernando Flores Fernández quiere ser alcalde de Metepec Estado de México y le urge flujo de efectivo
Estos son daños colaterales del pleito político entre el gobernador Bonilla y el alcalde González.
Positivo
Qué bueno que el joven Juan Valdez tuvo un excelente recibimiento de los sectores social y empresarial.
El abogado Valdez fue designado secretario de Seguridad Pública de Tijuana en sustitución del capitán del ejército mexicano Jorge Ayón Monsalve.
Cabe señalar que los sectores han externado su confianza en la labor que desempeñará Valdez, aunque a Ayón Monsalve no le fue mal.
Los números dejan ver que la delincuencia común disminuyó en casi 40 por ciento en los últimos 12 meses, y el homicidio doloso tuvo una baja del 32 por ciento.
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