Del triunfo de Joe Biden
Joe Biden ganó las elecciones de Estados Unidos y el próximo 20 de enero estará tomando protesta como el presidente número 46 del país más poderoso del mundo, aunque Donald Trump no lo acepte e insista en que hubo fraude y que mandará el caso a la Corte Suprema.
Explicaré brevemente cómo se elige al presidente de la república en el vecino del Norte, ya que su sistema electoral no es igual que el de México, y no necesariamente gana el que tenga mayor cantidad de votos de los ciudadanos, sino el que reúna más votos de los delegados del Colegio Electoral.
En total son 538 electores (delegados), distribuidos en los 50 estados del país, incluyendo Alaska y Hawái (Puerto Rico y Guam no votan, aunque pertenecen a Estados Unidos), en proporción a la cantidad de habitantes de cada uno.
California y Texas son las entidades más pobladas, por ello son las que más delegados del Colegio Electoral tienen, 55 y 38 respectivamente, mientras que Wyoming, Montana y Dakota del Sur, sólo cuentan con tres electores, por ser los estados menos poblados.
Aunque desde 1869 los candidatos que ganan la presidencia son del partido Republicano o del Demócrata, no son estos los únicos partidos que existen, además puede haber candidatos independientes, por lo que en la reciente elección había más de mil 200 candidatos, entre los que se contó la activista Jo Jorgensen, quien compitió por el partido Libertario, y obtuvo más de un millón 700 mil votos ciudadanos.
Ni ella ni Kanye West (quien se lanzó por la vía independiente y obtuvo más de 60 mil votos ciudadanos) obtuvieron un sólo voto electoral, ya que el colegio, en cada estado, da todos sus votos al candidato que obtenga la mayoría ciudadana, a excepción de Maine y Nebraska, que dividen sus votos en proporción.
Con este sistema puede ocurrir lo que sucedió con Hillary Clinton, que aunque obtuvo tres millones de votos más que Donald Trump en 2016, no fue la ganadora de la elección, porque tuvo menos votos del Colegio Electoral, al igual que sucedió con Al Gore cuando compitió contra George W. Bush.
Para ganar la presidencia se requieren 270 votos electorales, pero puede darse el caso remoto de que haya un empate con 269 votos, en ese supuesto los congresistas de la Cámara de Representantes eligen al presidente, y los senadores eligen al vicepresidente, cosa que ha ocurrido sólo una vez en la historia, en 1824.
Aunque se mantuvo por varios días el suspenso, al final la victoria de Biden fue arrasadora, y aún así el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se negó a emitir la felicitación diplomática a Joe, dando la espalda de nueva cuenta al demócrata, o reiterando el favoritismo implícito hacia Trump, mismo que se marcó el día que decidió visitarlo en la Casa Blanca.
Hay quienes dicen que este rechazo hacia Joe Biden por parte del mandatario mexicano podría traer consecuencias negativas para el país, sin embargo, lo que sí es evidente es que la ideología del nuevo presidente estadounidense es muy diferente a la de AMLO.
Mientras Biden pretende acabar con las emisiones de carbono en las plantas de energía de Estados Unidos, para 2035, y propone invertir hasta dos billones de dólares para estimular la generación de energías limpias, López Obrador continúa apostando a energías contaminantes con la construcción de la refinería de Dos Bocas.
Y así en muchos otros temas se dice que no serán compatibles las políticas públicas que implementarán ambos países, sin embargo, es importante no perder de vista que Joe Biden tampoco es ningún mesías, y para muestra sólo basta recordar que cuando fue vicepresidente de Obama Estados Unidos rompió récord de deportaciones, así que habernos librado de Trump hasta el momento es una moneda en el aire, que no se sabe a ciencia cierta de qué cara caerá.
*Joatam de Basabe es comunicólogo y periodista, con más de una década de trayectoria en los medios de comunicación (radio, periódico, televisión e Internet). Actualmente es secretario de la Asociación de Periodistas de Ensenada y reportero de Televisa Californias.