Tijuana.- Los estados financieros del Sistema de Administración Tributaria (SAT) que se presentan a cierre de año deben de irse elaborando pata evitar “sorpresas” en el mes de diciembre, según recomendó la contadora Lorena Melendez, de Contadores Públicos y Asesores Fiscales.
En entrevista con este medio, la especialista fiscal comentó que sí es válido comenzar con este trámite desde este mes ya que el tiempo está corriendo de forma rápida y cuando menos se piense ya se llegó a diciembre.
Recordó que el 2020 fue un año atípico por la situación del Covid-19 a nivel mundial, y con ello no se cumplió con las expectativas de ingresos y utilidades pero aún así se tiene que cumplir con las obligaciones fiscales mexicanas.
Como contadores públicos, dijo, se tendrán que apegar a las normas financieras como los costos con ingresos, dualidad económica, consistencia, negocio en marcha, entre otros que son considerados de relevancia para un orden en los números.
Los estados financieros al final de día no solamente ayudan a cumplir con la autoridad, sino también a tomar buenas decisiones dentro de la empresa ya que son entregados al propietario, a los socios y a terceros interesados.
Aunque el límite para reportar estos estados ante el SAT es marzo del 2021, recomendó hacerlo cuanto antes con una contabilidad correcta, tomando en cuenta los estados de cuentas, conciliaciones bancarias, interpretación de saldos de deudores, ajustes de inversiones, entre otros.
Melendez mencionó que el cierre fiscal puede ser presentado en enero del 2021, a fin de pagar el impuesto sobre la renta, tomando en cuenta los ingresos acumulables para ISR, actualización de pérdidas, renta grabable, ajuste anual de inflación, y otras vertientes.
La contadora invitó a todas las empresas y personas registradas ante el SAT a verificar cada una de las obligaciones con las que deben de cumplir en el ejercicio 2020 para lograr un resultado favorable.
En caso de no cumplir con esta obligación, Lorena Melendez comentó que se puede llegar al grado de recibir demandas, cuentas con intereses, entre otras sorpresas que impacten de forma negativa a la empresa.
