La violencia vivida durante la madrugada, día y noche de este pasado 10 de septiembre en Tijuana, es un claro ejemplo de cómo la violencia ha desbordado una ciudad en dónde la máxima autoridad municipal no atiende el llamado de la sociedad a renovar los mandos policíacos que no dan resultados y que sobre todo han perdido la confianza.
La retórica de un alcalde que desestima cualquier señalamiento o acusación en contra del titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal (sspcm) es bastante molesta e inclusive ofensiva para las familias que han perdido a sus seres queridos, solo por estar en la hora y lugar equivocado.
La violencia escala y las agresiones no solo tocan a familias vulnerables, sino que ahora trascienden y se hacen presentes en los complejos industriales como el del Florido, en donde el artero y cobarde asesinato de un ejecutivo de una empresa transnacional, ya mantiene en estado de alerta a empresarios de esta localidad.
Poco a poco y sin atender la problemática perdimos la confianza de una parte del sector turístico que ya no visita la ciudad por la violencia que se ejerce en ella y hoy, nos encontramos con agresiones al sector empresarial que deben investigarse para descartar posibles intentos de extorsiones o secuestros como se han vivido en antaño.
El combate a la violencia en todas sus formas ha sido un fracaso desde administraciones anteriores. Sin embargo, es el actual Ayuntamiento de Tijuana el responsable de garantizar seguridad para todos y cada uno de los habitantes de esta frontera, a la que sin lugar a dudas le está quedando a deber con creces.
Es tiempo de que las diferencias políticas entre gobernantes se diluyan y den paso a verdaderos acuerdos que desde las mesas de seguridad celebran los gobiernos estatal, municipal y federal sin que se reflejen los resultados en donde se ejerce a diario la violencia; las calles de nuestra querida Tijuana.
Desde el escaño que ocupo como diputado del Congreso de Baja California los invito a reflexionar sobre nuestro breve paso en la función pública ya que sin lugar a dudas estamos en ello para dar lo mejor de nosotros en beneficio de todos los sectores que conforman a la sociedad de Baja California.
Es cuanto.
Lic. Gerardo López Montes
Diputado de la XIII Legislatura de BC.
