Despedazados los fragmentos de su mísera reputación, el flamante titular del Órgano de Fiscalización (ORFIS) de Ensenada Alejandro Arregui Ibarra no escondió su arrogancia al asumir la semana pasada su nuevo encargo.
¡La soberbia es su naturaleza!
Y aunque algunos empleados buscaron justificar su arrogante postura, la mayoría de ellos aseguran que Arregui es más sangrón que el actor Roberto Palazuelos, popularmente conocido como el “Diamante Negro”.
Esos empleados reconocieron que Arregui esperaba despachar como titular en la Aduana Marítima de Ensenada, aunque —en esta ocasión— la suerte no le sonrió.
Un mes después del albazo legislativo del año pasado, junto con sus entonces correligionarios, el señor Arregui fue exhibido como traidor en un espectacular colocado en centro de Ensenada.
Ya desesperado porque aquella promesa de instalarlo en la Aduana Marítima se esfumó, este hombre se distraía a través de mover el esqueleto al ritmo de la música ochentera.
Arregui fue captado muy bailador en el Valle de Guadalupe, aunque eso fue antes de estallada la pandemia.
Molestísimo
Enchilado al conocer que los inversionistas extranjeros lo demandarán por la cancelación del contrato de la desaladora de Rosarito, el gobernador de Baja California Jaime Bonilla Valdez desestimó la amenaza.
¡No me asustarán con el petate del muerto!
Y es que el lunes de la semana pasada Cicuta refirió que esos inversionistas demandarán el pago de 100 millones de dólares por concepto de daños y perjuicios.
Unilateralmente el gobierno estatal canceló a finales de junio un proyecto que costaría unos 200 millones de dólares.
En la parte final de su informe diario, el gobernador Bonilla leyó parte de la columna y subrayó que esa cancelación se hizo porque resultaba financieramente inviable.
Está consciente que ese contrato signado bajo el régimen de Asociación Público Privada (APP) es una sociedad entre el gobierno estatal y los inversionistas.
Aunque reconoce que existe sociedad, aclara que fue firmado por el anterior gobierno.
Precisó que fue electo precisamente para cuidar los recursos de los bajacalifornianos y retó a los inversionistas a presentar su demanda, pues no existen —dijo— los daños y perjuicios.
Compraron un terreno para instalar una desaladora y eso es todo.
Añadió que están en su derecho de demandar y el gobierno de defenderse.
Y aunque el gobernador Bonilla utilizó más de 6 minutos para referirse a este tema, no aludió el amparo que obtuvieron esos inversionistas para evitar posibles actos en su contra por parte del gobernador.
En medio de su exaltación el gobernador Bonilla aludió al ex gobernador Francisco Vega, de quien dijo salió beneficiado por la pandemia, pues ha retrasado su encarcelamiento.
Y es que la firma del contrato entre la empresa Aguas de Rosarito (inversionistas extranjeros) y el gobierno de Baja California, se realizó precisamente en el sexenio del panista Kiko Vega.
Positivo
Qué bueno que la historia de un niño que fue secuestrado en el estado de Chiapas tuvo un final feliz.
El pequeño Dylan, de dos años, fue plagiado de un mercado chiapaneco el día último del mes de julio, pero la semana pasada la autoridad pudo recuperarlo.
La historia fue ampliamente divulgada, aunque muy poco se destacó el esfuerzo de la madre del pequeño.
Esta joven mujer tocó la puerta del palacio nacional en la ciudad de México y en el congreso de la unión en busca de apoyo.
Afortunadamente la historia tuvo un final feliz, aunque habría que reconocer la labor que hizo para este fin la autoridad.
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