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De “caer como moscas” a la rebelión Azteca o ¡papi, cómprame una “compu”!

by Benjamín M. Ramírez
Benjamin

Ante la necesidad de proveer a la familia de los insumos necesarios para el día a día me veo obligado salir a la calle observando en la travesía cotidiana a un importante número de personas que deambulan sin ton ni son, a pesar de la cuarentena o el auto-confinamiento preventivo sugerido por las autoridades en materia de salud.

 

En el sino del mexicano está el de jugar al valiente, —a mí, eso no me asusta— jugando a la ruleta rusa en las convivencias familiares por el onomástico del más pequeño o el cumpleaños del jefe de familia. Ni se diga de las aglomeraciones en los mercados sobre ruedas, sin que importen las amenazas o multas administrativas por parte de las autoridades municipales. 

 

No hay orden, ni disciplina ni acatamiento al “quédate en casa” o a “Susana distancia”.

 

Las razones sobran ante el hecho de que Baja California se ubique en los primeros lugares de casos confirmados y el número de decesos por COVID-19. La cercanía con California, ser la frontera más transitada, la movilidad migratoria y la falta de conciencia de los ciudadanos parecen acrecentar las cifras proyectadas hace días en 500 muertos, según las autoridades sanitarias a nivel estatal.

 

Frente a las cifras —y lo que significa la situación de emergencia por la pandemia— surgen los diferendos entre el gobierno federal y el de Baja California cuyo titular ha expresado que los científicos “nos están asustando”, al tiempo que sugiere reabrir las operaciones de la industria maquiladora en la frontera ante la recesión inevitable a causa del COVID- 19, y calificando en días pasados al IMSS como el talón de Aquiles de la entidad, expresando que en esa dependencia “médicos caen como moscas” por carecer de material profesional.

 

Muere más gente por otras enfermedades, el cáncer ocupa el primer lugar con 2 millones 460 mil 800 muertos y el COVID el octavo lugar con 163 mil 479 muertos, en lo que va del año, manifestó el gobernador de la entidad, al tiempo que pone en duda la gravedad de la enfermedad y las cifras dadas a conocer por el gobierno federal.

 

En contra de lo que se está implementando en otras entidades, en las que se endurecen las medidas preventivas como el uso del “cubre-bocas”, o sanciones administrativas, el gobierno de Baja California parece ir en contra de lo que sugieren los expertos en materia de salud.

 

Lo que queda claro es que existe un fuerte desacuerdo en las diversas entidades de gobierno, diferendos que no abonan en nada en la prevención y contención de la pandemia. 

 

Los desacuerdos generan desconfianza y la desconfianza propicia el caos.

 

Lo evidente es que a la población no le importa ni le teme al COVID-19. Lo cierto será que los centros hospitalarios  estarán rebasados en su cobertura para atender a los afectados por la pandemia.

 

Por si esto fuera poco, el viernes pasado el conductor estrella de la televisora del Ajusco, Javier Alatorre, llamó a una especie de rebelión “azteca” en contra de las medidas implementadas por el gobierno y calificó de irrelevantes las cifras y conferencias del vocero estrella de la Secretaría de Salud a nivel federal, urgiendo a la población a ya no hacerle caso.

 

Queda claro cuáles son los intereses oscuros del dueño de Televisión Azteca que ve mermada la venta de sus productos en la cadena de tiendas diseminadas por todo el país, con abonos a créditos que se antojan impagables, con un CAT sumamente abusivo, lo que le reporta millonarias ganancias al magnate de los abonos chiquitos.

 

Salinas Pliego considera que sus empresas llevan a cabo actividades esenciales y ha obligado a sus trabajadores —a pesar de las restricciones sanitarias— a trabajar y, sobre todo, a cobrar a los miles de clientes morosos, cifra que se acrecentará ante la pérdida del empleo y de la capacidad adquisitiva de los medios esenciales para poder sobrevivir.

 

A manera de cierre, miles de estudiantes aprenderán bajo la modalidad de la escuela en línea. La falta de capacitación de los docentes en las tecnologías educativas digitales —TED— el desconocimiento en el manejo de aplicaciones para estimular el aprendizaje, salones virtuales o la clase vía videoconferencia.

 

Sumado a lo anterior, el alumno, cuenta con escasa disciplina por el autoaprendizaje, no ha adquirido hábitos de estudios, aprender sin la supervisión del profesor, búsqueda de información complementaria, uso de aplicaciones o herramientas digitales, así como la carencia de equipo de cómputo, teléfono inteligente, servicio de internet —que en algunos casos resulta sumamente costoso al conectarse usando los datos— hacen imposible culminar el ciclo escolar con el logro de los aprendizajes esperados.

 

Por lo pronto papá no podrá adquirir un equipo de cómputo para los trabajos en línea.

 

Si se trabajará con la televisión educativa, ¿cómo reportarán las actividades, alumnos y maestros? 

 

¿Cómo debe responder el maestro rural en las zonas de alta marginación en donde no cuentan ni con servicio de drenaje, electricidad ni agua potable?

 

Me preguntó un maestro que trabaja en una zona de alta montaña: ¿Cómo le hago? ¿Qué es Classroom? ¿Cómo manejo Drive? ¿Cómo me conecto? En suma ¿qué debo hacer para encargar las tareas y calificarlas?

 

Por un lado la parte administrativa; por el otro, la parte operacional; aunado a ello la dinámica familiar que detona en un sinnúmero de situaciones estresantes causadas por la pandemia o por las consecuencias que a corto plazo ya se dejan sentir en los miles de hogares mexicanos. 

 

Inicia el viacrucis escolarizado que aún no concluye…

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