Tijuana.- El poliestireno expandido, mejor conocido como unicel, requiere de un sustituto para la creación de vasos, plásticos y demás objetos de uso cotidiano, entre las alternativas que podrían ocasionar menos daño ambiental y de salud se encuentran los productos orgánicos como el sargazo o el quitosano.
La Dra. Marisela Martínez Quiroz, Docente de la Escuela de Ingeniería en CETYS Universidad campus Tijuana, recalcó que el unicel es un derivado de petróleo que en altas temperaturas puede ser muy tóxico ya que desprende una gran cantidad de partículas cancerígenas que contaminan al aire.
“Contiene muchos químicos clasificados como cancerígenos, todo esto se está respirando, si quemas unicel, aparte de un olor desagradable que desprende deja un cúmulo de partículas en el aire. Si comparamos con la calidad de aire de hace varias décadas, es común ver enfermos de las vías respiratorias que requieren nebulizaciones. Aunque uno intente mantener limpio la superficie, ya van bebés con el pediatra porque no pueden respirar”, consideró la especialista en temas ambientales.
La Maestra de Proyectos de Aplicación de la carrera de Ingeniería en Energías Renovables opinó que durante los últimos años se han realizado campañas para reducir el uso de popotes, de bolsas de plástico y que, por tanto, es necesario avanzar en otros materiales que de igual forma se usan culturalmente en eventos, reuniones y más encuentros.
Aunque existen diferentes estudios que indican que el unicel se biodegrada de 100, 300 y hasta más de 1000 años, lo cierto es que incluso artículos con material “biodegradable” tienen un porcentaje mínimo para descomponerse incierto, lo cual han observado en distintos estudios.
“Con estudiantes de CETYS hemos hecho pruebas en composta, encontramos que no son tan biodegradables como el proveedor dice, estos tienen un porcentaje mínimo biodegradable”, aseguró la Docente.
EL NICHO ORGÁNICO
La Dra. Martínez Quiroz resaltó que el futuro requiere del uso de materiales orgánicos como el sargazo, para la producción de zapatos ecológicos, cuadernos y hasta biogás, que incluso ya existen inversiones en puerta para crear empresas que aprovechen estas algas.
De igual forma, agregó que el quitosano es un producto de mar que desechan algunos crustáceos como el camarón o las langostas, las cuales ya se usan para el tratamiento de agua y para el desarrollo de membranas, así como para material dental.