Mueca
Fastidiado de soportar las cotidianas imbecilidades de quienes lo rodean, “el súper secretario” del gobierno de Baja California aprendió a traer la boca permanentemente chueca.
¡Me molesta su presencia!, estalla a cada momento Mario Escobedo Carignan, quien despacha desde noviembre como secretario de economía y es responsable de las aéreas de turismo y medio ambiente.
El asunto es que durante los últimos días la tolerancia de Escobedo ha llegado al límite.
Don Mario difícilmente tolera la presencia de funcionarios menores, y mucho menos a ciudadanos que se atrevieron a solicitar audiencia.
Como andará de intolerante que hace unas tres semanas dejó de contestarle las llamadas a un personaje, –que por años– fue su cómplice en las ganancias que obtuvo por la explotación de amparos utilizados para la importación de vehículos extranjeros.
Y aunque en su ruta por alcanzar la candidatura a la alcaldía de Tijuana debía asumir una postura más sencilla y conciliadora, el señor Escobedo incluso “bloqueó” los números telefónicos de aquellos que lo ayudaron a limpiar el camino al sitio que ahora ocupa.
Esos mismos personajes apuntan a ser peligrosísimos enemigos, pues conocen “al dedillo” las estrategias que utiliza y saben de las debilidades de sus aliados.
Algo que conocen a la perfección es el acuerdo que sostuvo Escobedo con ejecutivos de la empresa gasera Blue Propane, quienes habrían dado un soborno de un millón de dólares a cambio de que Escobedo les facilitara la tramitología para operar en los puntos urbanos, en donde irregularmente el anterior presidente municipal de Tijuana les otorgó el uso de suelo.
Ah
Por cierto Cicuta tiene en su poder una fotografía donde caminan tres personas.
En el centro se observa con un gesto soberbio a Mario Escobedo.
A sus costados dos personajes que avanzan relajados, el de su derecha es el gobernador Bonilla.
Positivo
Qué bueno que los transportistas tuvieron una bocanada de aire fresco, pues la semana pasada el gobernador Jaime Bonilla les dijo que se corregirá la ley de transporte.
Aunque hay quien piensa que los transportistas deben acatar las disposiciones gubernamentales, también es cierto que son parte de la sociedad y sus demandas deben de ser escuchadas.
El diálogo es la mejor herramienta para dirimir controversias.