Parece que los fanáticos de la cerveza han hallado su justificativo ideal: científicos dicen que las bacterias intestinales que se encuentran en el yogur también se encuentran en algunas cervezas.
Una investigación del profesor Eric Claassen, de la Universidad de Amsterdam y especialista en el tema, ha encontrado que algunas bebidas contienen cantidad de microbios probióticos, o bacterias y levaduras con muchos beneficios para la salud, desde combatir la obesidad hasta dormir mejor por la noche.
A diferencia de la mayoría de las cervezas, estas marcas se fermentan dos veces, una vez en la cervecería y otra vez en la botella.
La segunda fermentación aumenta la fuerza de la cerveza y crea un sabor más seco.
Es importante para la salud, ya que la fermentación en botella utiliza una cepa de levadura diferente a la levadura de cerveza tradicional. Esta levadura no solo convierte el azúcar del grano en alcohol, sino que además también produce ácidos que son venenosos en bacterias que pueden enfermarnos.
Claassen dijo a The Telegraph, “no queremos dar a las personas una licencia para beber más cerveza. Aquellos de nosotros que abogamos por la buena salud sabemos que es muy difícil para ciertas personas.
“En altas concentraciones, el alcohol es malo para el intestino, pero si bebes solo una de estas cervezas todos los días, sería muy bueno para ti”, concluyó el catedrático.
Otra investigación, de la Universidad de Nebraska en los EU, encontró que algunas cervezas contienen hasta 100,000 bacterias probióticas o “buenas” por mililitro, o 50 millones por botella.
Una vez en nuestro intestino, las bacterias probióticas, que se encuentran en las marcas de yogur probiótico, matan las bacterias rivales “malas” que se han relacionado con enfermedades como el autismo, la enfermedad de Alzheimer y el cáncer de intestino.
Claassen agregó que si bien los probióticos pueden estar de moda hoy en día, nuestros antepasados eran conscientes de sus beneficios.
De acuerdo al fabricante de bebidas probióticas Yakult: “En la Edad Media, la gente hacía cerveza porque el agua no era potable.
“La levadura eliminó las bacterias malas en el agua, por lo que era mucho más seguro beber cerveza en lugar de agua”.
Sin embargo, el advenimiento de la pasteurización y los procesos de producción modernos significan que la mayoría de la cerveza actual no es probiótica.
La investigación realizada por el profesor Claassen muestra que el ajo, las cebollas, los espárragos y las alcachofas, todos los alimentos básicos de la cocina italiana, son particularmente ricos en probióticos: azúcares vegetales que ayudan a las bacterias buenas a prosperar.
Estudios anteriores han acreditado la cerveza, en pequeñas cantidades, brinda beneficios como aumentar la fertilidad o tener huesos más fuertes.
Sin embargo, el alcohol aumenta el riesgo de cáncer de mama, accidente cerebrovascular, enfermedad cardíaca y hepática y causa más de 7,500 muertes al año en Gran Bretaña y el servicio nacional de salud de ese país recomienda no beber más de 14 unidades por semana.
Esto equivale a ocho latas de cerveza de potencia media (4%) o cuatro botellas y media de 330ml de Westmalle Tripel.